Material y equipamiento
para hacer
el Camino de Santiago
Las botas. Obviamente, en un camino a pie, éste es el elemento al que más atención
hemos de prestar. Las más adecuadas son las denominadas botas de trekking:
ligeras, de caña alta para proteger el tobillo e impermeables al agua. De todas
formas, hay peregrinos que prefieren andar con calzado de senderismo de caña
baja o incluso con unas simples zapatillas deportivas. En este último caso, la
lluvia, el barro y los fuertes desniveles pueden ponernos en apuros. Antes de
empezar el Camino debemos haber andado muchos kilómetros con ellas.
La mochila. Debe tener entre 35 y 50 litros de capacidad. Debe ser anatómica y de
altura regulable para adaptarla mejor a la espalda. No debe pesar más de 10 kg
cargada.
La ropa. Una muda para andar, otra para después de la ducha y
otra de reserva es suficiente. Tres camisetas de manga corta (térmicas mejor,
pero no obligatorias), una de manga larga, un par de pantalones cortos y unos
largos. Una sudadera o polar y un chubasquero.
El saco de dormir. Dormiremos bajo techo, así que con uno de +10 ºC o +5 ºC, que no supere el
kilo de peso, será más que suficiente. Es preferible uno de esos de comprensión
que caben en la mochila.
El bordón. Es, junto con la vieira, el elemento simbólico más significativo vinculado
al hecho de la peregrinación. Además, es muy útil tanto para acompañar el paso
como para tener un punto más de apoyo en las bajadas. Por el tipo de camino que
encontraremos, el más adecuado es el tradicional bastón de madera respecto al
más moderno palo de montaña de tipo telescópico.
Para la lluvia. La mayoría de los caminantes llevan una capa
impermeable (el conocido poncho) que también cubre la mochila, pero resulta
incómodo si sopla el viento. Una buena alternativa es llevar una chaqueta (y unos pantalones) impermeables,
y un protector impermeable para la mochila. Incluso un pequeño y ligero
paraguas.
Para el sol. Un sombrero o una gorra con visera y crema de protección solar.
Otro calzado. Es recomendable un calzado cómodo para descansar y pasear, una vez
finalizada la etapa. Si son unas sandalias que se puedan mojar y que se cojan
al empeine y al talón nos pueden servir también para la ducha.
La esterilla. La esterilla, o aislante de caucho, nos será útil para cuando durmamos en
el suelo. Y también para descansar o hacer una siesta en el campo.
Para comer. Traeros un plato, taza/vaso y cubiertos. En una bolsa de tela para guardarlos.
Para la ducha. Chancletas, una pequeña toalla (de esas de secado
rápido y que ocupan poco) y los productos higiénicos necesarios (en botellas
pequeñas).
El botiquín. Solo las medicinas que normalmente te tomes. Las demás
las llevaremos en el botiquín del grupo.
El móvil. Si nos perdemos será una buena manera de encontrarnos. Eso sí, te invitamos
a hacer un uso muy moderado del mismo, así que no iremos escuchando música por
el camino ni hablando con nadie con él (solo en los tiempo libre indicados para
ellos).
Un bolígrafo. Será fundamental para los momentos de grupo. No llevaremos material general, así que cada uno se haga con uno y no lo pierda.
Documentación básica. El DNI, la tarjeta de la seguridad social o entidad médica correspondiente,
y la credencial del peregrino (la tramitamos nosotros).
Material adicional. Una pequeña linterna frontal para movernos de noche en el albergue,
detergente
para lavar la ropa, pinzas para tenderla e imperdibles para colgarla de la
mochila si al día siguiente todavía no está seca. También una cantimplora,
pañuelos
de papel, tapones para las orejas para quien lo crea conveniente (en los
albergues dormiremos con gente de todo tipo), y dinero por si quieres comprar
algún recuerdo (lo demás está todo pagado).
Pronto en camino!!
ResponElimina